Last year clouds were in the sky for most of the afternoons. We did our best to plan, but needed to change our plans because of the clouds. Thankfully we had wonderful families who understood our predicament. Whenever we had a chance we would call one of the families and drive to one of our locations.
On this afternoon we were lucky enough to havethe trust of this wonderful girl and her family. They lived next door to Alejandro, my friend and driver, and agreed to come with us. We did our best to find good light.
We stopped at this location as a few workers were cutting down the grass. In the countryside countless men do this work monthly for less than the price of a shirt here in the States. They do this to support their families, since their work on the farm pays so little.
We started to photograph when we noticed that a few of the men stopped their work. They seemed to be curious about the photography, about the tourist with the camera and about the Cuban family being photographed. They walked closer to see as we made this photograph, cutting instruments in hand.
This is what makes the island so special to me, the fact that in rural Cuba there is such an appreciation for the work of others. They see a ballerina and sit down to watch, and always in a good way.
El año pasado nubes fueron en el cielo durante la mayor parte de las tardes. Hicimos todo lo posible para planificar, pero necesitamos cambiar nuestros planes debido a las nubes. Por suerte teníamos maravillosas familias que entendieron nuestra situación. Cada vez que teníamos una oportunidad que llamaríamos una de las familias y fuimos en coche a uno de nuestros lugares.
En esta tarde hemos tenido la suerte de tener la confianza de esta maravillosa niña y su familia. La familia vivía al lado de Alejandro, mi amigo y conductor, y accedieron a venir con nosotros. Hicimos todo lo posible para encontrar una buena luz.
Paramos en este lugar como algunos trabajadores cortaban la hierba. En el campo innumerables hombres hacen esto mensual de trabajo por menos del precio de una camisa aquí en los Estados Unidos. Lo hacen para mantener a sus familias, ya que su trabajo en la granja paga tan poco.
Empezamos a fotografiar cuando nos dimos cuenta de que algunos de los hombres dejaron su trabajo. Parecían ser curioso acerca de la fotografía, sobre el turista con la cámara y sobre la familia cubana siendo fotografiado. Caminaron más de cerca para ver como hicimos esta fotografía, instrumentos de corte en la mano.
Esto es lo que hace que la isla tan especial para mí, el hecho de que en la Cuba rural existe una apreciación por ejemplo para el trabajo de los demás. Ven una bailarina y se sientan a ver, y siempre en el buen sentido.
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