El año pasado, gracias a Gysleda Virginia De La Barca Vega, se me apareció una nueva visión ... y el trabajo con los bailarines de Cuba mejoró increíblemente. Un día, cuando fuimos a EGOS, Gysleda me dijo que era necesario incluir un bailarín específico, su amigo. Ella le pidió que fuera a la escuela al final de la semana para hablar con nosotros.
Por supuesto, Luis Miguel Jorge Benítez llegó a tiempo a la escuela y preparamos un plan para nuestra colaboración. Aunque Luis Miguel era un profesional, por supuesto, no podía imaginar el resultado de nuestra mañana siguiente.
Cuando llegamos a las canchas de racquetball, él estaba listo con varias ropas y personalidades. Honestamente, fue un momento increíble ... como si estuviéramos en un teatro de la ciudad. Teníamos dos horas para documentar sus ideas, sus sueños ... ¡y realmente necesitábamos mucho más!
Después de las canchas de racquetball decidimos caminar hacia los árboles. Anays Diz Pe y yo seguimos a Luis Miguel y quedamos muy impresionados con su idea de trepar al árbol. Me pareció peligroso, pero lo hizo sin esfuerzo. ¡Anays y yo lo fotografiamos al mismo tiempo, terminando nuestra sesión un gran estilo cubano!
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Last year, thanks to Gysleda, a new vision appeared to me ... and the work with the dancers of Cuba improved incredibly. One day when we went to EGOS, Gysleda told me that it was necessary to include a specific dancer, her friend. She asked him to come to the school the end of the week to talk to us.
Of course Luis Miguel was in school on time, and we prepared a plan for our collaboration. Although Luis Miguel was a professional of course, I could not imagine the outcome of our next morning.
When we arrived at the racquetball courts, he was ready with several clothes, and personalities. Honestly it was an incredible moment ... like we were in a theater in the city. We had two hours to document his ideas, his dreams ... and we really needed a lot more!
After the racquetball courts we decided to walk to the trees. Anays and I followed Luis Miguel, and were so impressed with his idea to climb the tree. It looked dangerous to me, but he did it effortlessly. Anays and I photographed him at the same time, ending our session in great Cuban style!
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